En agosto empieza oficialmente la batalla por la panadería municipal, que aunque debería ser para una mujer, pues no, porque en el PAN todavía no están preparados para tener esa conversación
¡Vecinas, vecinos!
¿Pero quién necesita Survivor o Master Chef cuando podemos ver la competencia por la dirigencia del PAN municipal en Puebla? Y es que la cosa está tan sabrosa que parece reality show, pero sin cocina ni selva, solo pasillos partidistas, selfies estratégicas y la promesa de que ahora sí van a acercarse a la gente. Ajá.
Te puede interesar: No esperen más del Congreso de Puebla, ya mostró su verdadera cara Por un lado, tenemos a Manolo Herrera, consejero estatal con cara de “ya me la sé” y con el respaldo de figuras como Jorge Aguilar Chedraui, Mónica Rodríguez Della Vecchia y Humberto Aguilar Coronado, o sea, lo mejor del archivo político 2008-2018. Manolo Herrera no le teme a la contienda porque ya le avisaron desde el PAN nacional que el proceso será mixto. O sea, que tendrá que ir en fórmula con una mujer, lo cual es injusto y totalmente contradictorio a la imagen de apertura e igualdad que desde hace tiempo quieren vender. En el PAN municipal toca mujer sí o sí, ya que se trata de un espacio que le ha sido negado a ellas por los siglos de los siglos, entonces, para matizar un poco su misoginia, pues nos quieren vender la idea igualdad con eso de que se trata de un proceso mixto.
¡Vaya farsa!
Por el otro lado, Guadalupe Leal, diputada con buen manejo de redes sociales y más energía que café doble carga, ya armó su dream team con Ana Teresa Aranda (esa sí histórica, de las que te corregían la ortografía a gritos), Oswaldo Jiménez y Fernando Sarur. Ellos, al parecer, quieren rescatar al blanquiazul desde dentro, desde el alma misma del Comité Directivo Municipal. Porque claro, nada como curar un barco que se hunde… desde el camarote. Lo divertido —si no fuera casi trágico— es que ni siquiera ha salido la convocatoria oficial y ya están llamando a los suyos, sumando liderazgos, reclutando como si esto fuera Hogwarts. “Vente conmigo, que aquí sí vamos a hacer cosas por Puebla”. Y el otro: “no, vente con nosotros, que sí tenemos experiencia… en perder, pero con clase”.
Lo más tierno es que ambos bandos hablan de unidad. Unidad, sí, esa palabra que en el PAN significa “vamos a pelearnos bonito, pero sin dejar de tomarnos la foto en la misa del domingo”. Dicen que quieren un partido cercano a la gente, que escuche a la militancia. Solo que se les olvidó que el PAN de la capital lleva más tiempo escuchándose a sí mismo que atendiendo al electorado.
Pero bueno, no todo se puede.
Mientras tanto, el actual dirigente, Jonathan Soriano, sigue ahí, calladito, viendo cómo ya están planeando su funeral político sin avisarle. Eso sí, con respeto, porque en el PAN todavía se estilan las formas, aunque por detrás se den con todo. Así que prepárense, vecinas y vecinos, porque en agosto empieza oficialmente la batalla por la panadería municipal, que aunque debería ser para una mujer, pues no, porque resulta que en el PAN todavía no están preparados para tener todavía esa conversación.
Con suerte y ganas, igual hasta hacen un debate en vivo por YouTube. Total, si ya estamos en modo telenovela, que al menos tenga buena producción.
Por cierto, el lunes les tengo una buena historia de las traiciones internas y externas que en los últimos tiempos se ha dado en ese partido albiazul que nos ha demostrado una y otra vez que el enemigo está en casa. * Vecinas, vecinos, nos leemos mañana
Acuérdense que el que se enoja pierde.
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