El Barrio de la Luz es uno de los más antiguos de la ciudad de Puebla, en donde sigue latente la práctica de la alfarería, la cual tuvo su origen en la época prehispánica.

En este barrio poblano, los alfareros fueron reconocidos por armar piezas de loza con barro, una técnica conocida como greta. Esta técnica consiste en incorporar el sistema de vidriada a las piezas. A partir de ese momento, la loza producida por estos alfareros obtuvo todavía más reconocimiento del que ya gozaba.

Sin embargo en marzo del 2020, con la llegada de la pandemia, este sector fue dura mente golpeando por la contingencia sanitaria, derivada del virus Covid-19.

Pues entre las restricciones de mantener cerrados sus locales y la poca fluencia de personas en la zona,afectaron gravemente su economía.

Así es lo que nos cuenta Arturo López Cano, presidente de los alfareros del Barrio de la Luz, y descendiente de una familia de artesanos,quien señalo que desde la pandemia no han podido vender más del 10 por ciento de sus productos.

“Desde la pandemia se nos vino el mundo a bajo,hubo tres, cuatro meses que solamente vendíamos, a la mejor el 10 por ciento de lo que vendíamos (...)Están todas las cazuelas,pues como no hay fiesta en los pueblos,pues no compran las cazuelas,”contó.

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Anteriormente, el barrio estaba contemplado dentro de los recorridos turísticos que realizaban los turibuses, sin embargo el tiempo de duración de los recorridos fue disminuyendo; por lo que los mismos alfareros decidieron que mejor ya no pasara el recorrido, bajando también la afluencia del turismo en la zona.

Cabe señalar que , las piezas de este lugar fueron ligadas intrínsecamente con un platillo de la gastronomía de Puebla: el mole. Por ello, durante los siglos XVII y XVIII se acuñó una frase popular: “De la Puebla, el jabón , la loza y no otra cosa”