Tortura y agresiones: Verónica narra lo que vivió tras ser acusada de secuestro 

“Me golpearon en la cabeza y el estómago. Me torturaron” narró Verónica Inés Barbosa Pérez acusada de secuestro en Tehuacán tras intentar devolver un celular que se encontró 

Tortura y agresiones: Verónica narra lo que vivió tras ser acusada de secuestro 
Fredy Angón Tortura y agresiones: Verónica narra lo que vivió tras ser acusada de secuestro 

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“Desde el principio me trataron como una secuestradora, me amarraron una bolsa en la cabeza y me golpearon en el estómago”, recordó Verónica Inés Barbosa Pérez, la mujer que en Tehuacán fue detenida y acusada de secuestro solo porque encontró un celular que en todo momento buscó devolver a su dueño.

Verónica obtuvo su libertad este lunes por la noche, debido a que la Fiscalía al final no ejerció acción penal en su contra, ya que pudo demostrar, junto con su abogado, que ella no tenía relación con el delito que le intentaban imputar: participar en el secuestro de una persona.

Verónica Pérez, de 49 años y madre de dos hijos, calificó su detención como arbitraria y la describió como “un calvario” en una rueda de prensa este martes. Ella explicó que su único "pecado" fue encontrar un celular, sin saber que pertenecía a un joven que fue víctima de secuestro.

Los hechos que ocurrieron en Tehuacán causaron indignación, debido a que la familia de Verónica difundió el caso de injusticia que sufría, solo por intentar devolver el teléfono que encontró.

Verónica reveló que, tras encontrar el celular, intentó contactar a algún familiar del dueño para avisarle dónde lo había encontrado y devolverlo. Esto sucedió la noche del 18 de octubre. Explicó que pidió ayuda a su hija, y debido a que no podían desbloquear el iPhone, utilizó el asistente de voz “Siri” para intentar llamar a la madre del joven. Afortunadamente, la llamada se concretó, y la madre del dueño le pidió que guardara el celular, ya que no podía ir por él en ese momento. Se pondrían de acuerdo al día siguiente para la entrega.

Verónica aceptó y se fue a dormir, pero en la madrugada del sábado notó la presencia de varios policías rondando su domicilio en Rancho Viejo. Ella, sin tener idea de que la estaban buscando por el celular, incluso comentó en el grupo de vecinos que tuvieran cuidado, pues la presencia policial no era normal.

La mañana del sábado 19 de octubre, Verónica realizó sus actividades normales y luego se fue a trabajar en la colonia Del Valle, en Tehuacán. Al llegar, volvió a notar la presencia de varios policías, lo que comenzó a inquietarla.

“Cuando la propietaria del negocio y yo nos asomamos para ver qué pasaba, solo vi que bajaron varios policías. No sabía que eran de antisecuestros; tenían armas largas. Entró un policía y me gritó: ‘Busco un teléfono’. Yo lo llevaba porque quedé en verme con la mamá del dueño para dárselo. Les conté que me lo había encontrado, pero me empezaron a gritar. Me defendí, pero me sacaron, me tiraron al suelo y me esposaron”, relató Verónica.

Posteriormente, a pesar de que les explicó lo sucedido, los policías no la escucharon y comenzaron a tratarla como si ella estuviera involucrada en el secuestro.

“Les dije que incluso lo había publicado en redes sociales, que encontré el teléfono, pero no les importó. Me subieron a la patrulla, me intimidaron, fuimos a mi casa para mostrarles cómo mi hija logró llamar a la señora, pero no importó. Me volvieron a llevar. Después, se subieron un hombre y una mujer, se pusieron guantes, yo estaba agachada con la cara tapada y me golpearon en la cabeza y el estómago. Me torturaron”, narró Verónica.

La llevaron a un campo donde la golpearon nuevamente y, hasta las 10 de la noche, ya lesionada, la trasladaron a Puebla, a la Fiscalía, donde la ingresaron a los separos. Su familia, que la había estado buscando toda la tarde, finalmente la encontró y comenzó a difundir el caso de injusticia.

“Me llevaron con la cara tapada, esposada, a otra casa donde me torturaron. Fue alrededor de las 5:30 p.m. A la Fiscalía de Puebla me entregaron como a las 9 o 10 p.m., me metieron a los separos. Mi familia me buscaba y, a medianoche, me sacaron con fiebre, no podía ni caminar. Me enteré que estaba acusada de secuestro”, explicó Verónica.

Finalmente, Verónica Inés señaló que, aunque ya está libre, teme por su vida e integridad, ya que en todo momento fue intimidada por los ministeriales, quienes le decían que se quedaría para siempre en la cárcel. Ahora vive con el temor de que la Fiscalía pueda fabricar otra prueba en su contra para regresarla a prisión.