Bares y discos de Cuernavaca ya no tocarán reggaetón ni banda: ¿realmente puede una canción inducir a la violencia?

La solución propuesta por el grupo de empresarios resulta más un curita puesto sobre la profunda herida provocada por la violencia

La violencia que azota al país tiene un sin número de consecuencias. Por ejemplo, en Cuernavaca, Morelos, tierra gobernada por el otrora ídolo del fútbol, Cuauhtémoc Blanco Bravo, el problema de la inseguridad y la impunidad es tal, que integrantes de la Asociación de Discotecas y Centros de Espectáculo de la región han decidido ya no poner reggaetón ni banda en sus establecimientos para evitar a ese segmento del público que lo consume, pues lo asocia con clientes potencialmente violentos y/o armados.

Esto, luego de que el pasado 10 de octubre se registrara una balacera que dejó como saldo la muerte de un agente de seguridad de una discoteca, ya que no dejó entrar a clientes ebrios y estos lo agredieron en consecuencia. Además, otras agresiones con víctimas mortales, ocurridas en junio y mayo, también en estos establecimientos, y que dejaron al menos cinco fallecidos.

Entre la opresión de las crisis financieras, políticas y otros fenómenos sociales, todos buscan tomar medidas que ayuden a mantenerse a flote ante la adversidad. Aunque a veces es difícil decidir qué clase de decisiones realmente nos ayudarán a salir adelante. 

Los dueños de los centros nocturnos de la capital de Morelos buscan desesperadamente que los visitantes elijan a Cuernavaca como un destino turístico para divertirse de manera segura y sin miedo en la próxima temporada vacacional, ahora que se aproxima la reactivación de las actividades presenciales como el turismo. 

¿Medida desesperada o profunda estrategia antropológica?

Humberto Arriaga, presidente de la Asociación de Discotecas y Centros de Espectáculo (ADICE), mencionó: “Evidentemente, los hechos violentos son situaciones lamentables, fortuitos, lo ideal es que ese tipo de sucesos dejen de ocurrir en Cuernavaca, porque la ciudad no puede seguir en un estatus de riesgo”.

Garantizó que en vísperas del Día de Muertos y las vacaciones decembrinas, se preparan para que los visitantes lleguen a sitios sanitizados para prevenir contagios de coronavirus y “ante un inminente regreso al semáforo verde”.

Es el arranque de la vida nocturna, hay oferta y estamos buscando coordinar con autoridades para mantener la confianza de los clientes de que van a espacios seguros, sanitizados y cuidarnos para evitar que se vuelva a semáforo rojo." Añadió.

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Luego, en entrevista por Radio Fórmula, explicó que no es que exista una prohibición como tal sino que es opcional a criterio de cada centro nocturno si los evitan para prevenir la apología del delito. 

Los Dj’s de los establecimientos de la asociación apostarán por la música pop, disco y electrónica y eliminarán los géneros del reggaetón y la música de banda.

¿Realmente la música incita a la violencia?

La censura de los géneros musicales por temor a lo que representan y provocan ha ocurrido en muchos momentos en distintas partes del mundo. En México, por ejemplo, desde 1968 y hasta bien entrados los 90's, el rock and roll y cualquier género que no fuera aprobado por el gobierno estaba prohibido en los medios de comunicación. Sin embargo, en múltiples ocasiones, se ha demostrado lo infundado de ese razonamiento.

La Universidad de Queensland, en Australia, realizó un estudio científico en el que encontraron que, lejos de lo que podría suponerse, la música agresiva, violenta o depresiva ayuda a los escuchas "a procesar la ira". El estudio fue publicado en 2015 en Frontiers in Human Neuroscience. Los científicos encontraron que géneros musicales como el heavy metal, emo, hardcore y punk regulaban la tristeza y enfatizaban las emociones positivas.

Los resultados mostraban que, entre los fans de estos géneros, los niveles de hostilidad, irritabilidad y estrés disminuían ante la exposición de la música, y la inspiración aumentaba. 

¿El Reggeatón y la banda son el verdadero problema? 

Lo cierto es que en muchas letras de las canciones de ambos géneros encontramos contenidos altamente machistas y altamente ofensivos. Sin embargo, no son los únicos géneros de canción que involucran esos contenidos. Múltiples canciones de géneros que van de la música vernácula, la salsa, cumbia, el pop y el rock hablan de actos violentos y perturbadores. Desde Pedro Navajas de Rubén Blades, hasta Pumped Up Kicks de Foster the People o Mátalas de Alejandro Fernández encontramos contenidos altamente sugestivos a la apología del crimen. 

Sin embargo, culpar a la música de sus temas es solo tratar de tapar el sol con un dedo. La solución propuesta por el grupo de empresarios resulta más un curita puesto sobre la profunda herida que la violencia y el crimen organizado ha propiciado a Cuernavaca. Es evidente que se busca rescatar un sector de la industria restaurantera más que abogar por tratar el problema de la violencia de raíz, por ejemplo, con el apoyo a Instituciones educativas o de asistencia social, pero, ¿Será una medida efectiva? ¿Peor es nada?

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