El exmagistrado del Tribunal de Justicia Administrativa, Alfonso Siriako Guillén Almaguer, salió de la cárcel de San Miguel solo 13 días después de que falleció su esposa, Patricia Osuna, quien lo iba a visitar hasta que su salud ya no se lo permitió.

Fue la noche de este lunes 17 de abril cuando el exfuncionario salió de prisión después de casi dos años de encierro, acusado por desvío de recursos. Hace 13 días Alfonso Siriako tuvo la oportunidad de ir al velorio de su esposa de 40 años en Valle de los Ángeles, custodiado por policías, quienes solo le permitieron despedirse y estar ahí solo por unos minutos.

La carrera política de Alfonso Siriako Guillén está ligada al exgobernador Antonio Gali Fayad, quien lo tuvo cerca desde que fue secretario de Infraestructura y fue precisamente en ese cargo cuando se involucró en el tema que lo tiene en la cárcel.

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Siriako llegó al penal de San Miguel debido a un presunto desvío de recursos por 107 millones de pesos, mientras realizaba su trabajo como funcionario público en la Secretaría de Infraestructura, Movilidad y Transportes en 2017.

Días después de su detención, el entonces gobernador Miguel Barbosa Huerta dijo que el litigio en contra de Guillén fue por actos de corrupción, “por tener las uñas largas”.

Fuentes consultadas sobre el caso expusieron que el verdadero motivo fue una deuda que adquirió el gobierno de Mario Marín por la construcción del Centro Expositor, y que durante todo el gobierno de Rafael Moreno Valle nunca se logró un acuerdo.

Durante el gobierno de Antonio Gali Fayad se llegó a un convenio para el pago con cuatro empresas involucradas pero una se inconformó, y después del proceso legal se obligó al gobierno del estado, que ya estaba en manos de Miguel Barbosa, para hacer el pago correspondiente.

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Fue así que el barbosismo responsabilizó a Alfonso Siriako Guillén Almaguer de un gasto de 107 millones de pesos que no estaba previsto.

La muerte de Paty Osuna

Patricia Osuna Ramírez murió a los 40 años de edad prácticamente de depresión. La tristeza consumió su cuerpo y las enfermedades la fueron mermando. El detonante fue el repentino encarcelamiento de su esposo.

Durante casi dos años Ana Patricia Osuna luchó contra enfermedades silenciosas, pero sobre todo contra el desgaste de tener a su marido en la cárcel. Batalló hasta que su luz se apagó el pasado 4 de abril, a unos días después de cumplir 40 años.

La joven mujer cayó en el hospital desde el 16 de febrero y fueron dos paros cardíacos los que terminaron con su vida.