Lunes 10 Noviembre 2025

La autopista México–Puebla se prepara para un cambio importante, pues antes de que termine el año, contará con una nueva red de videovigilancia y drones que ayudarán a reforzar la seguridad en la carretera.

El proyecto, impulsado por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado, arrancará con una inversión inicial de 131 millones de pesos y busca mejorar la vigilancia en el tramo Acatzingo–Esperanza, una zona considerada de las más complicadas por los robos y accidentes.

En total, se colocarán 30 puntos de monitoreo, cada uno con cámaras de alta definición, botón de pánico, y postes especiales para evitar daños o vandalismo. Además, estos módulos funcionarán con energía solar y eólica, lo que permitirá que sigan operando incluso si hay cortes de electricidad.

El sistema también incluirá 16 cámaras que reconocen las placas de los vehículos y dos drones que harán recorridos aéreos para detectar cualquier situación sospechosa o de emergencia en tiempo real.

De acuerdo con el secretario de Seguridad Pública, Francisco Sánchez González, el objetivo es “modernizar la vigilancia y tener una respuesta más rápida ante cualquier incidente en carretera”.

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Pero este no es el único paso. La SSP también anunció trabajos para rehabilitar seis Arcos de Seguridad y el Complejo Metropolitano de Tehuacán, espacios que en su momento se construyeron para apoyar la seguridad, pero que con el tiempo quedaron inactivos o en malas condiciones. Los trabajos incluyen reparaciones, limpieza, instalación de nuevos equipos y mejoras en la infraestructura.

En una segunda etapa, el plan contempla llegar a 218 cámaras distribuidas en 68 tramos de la autopista México–Puebla, con una inversión total de 268 millones de pesos. Con esto, el gobierno estatal busca recuperar el control en las carreteras y ofrecer mayor tranquilidad a quienes circulan por una de las vías más importantes del país.