Regresa a las calles la tradicional Procesión del Silencio
La procesión fue recibida con los brazos abiertos por los fieles católicos de la capital poblana, quienes se dieron cita en vialidades del Centro Histórico.
Después de dos años, volvió a las calles la Procesión del Silencio; una tradición del Viernes Santo. La cual tuvo que posponerse dos veces por la contingencia sanitaria provocada por el virus del COVID-19. La procesión fue recibida con los brazos abiertos por todos los fieles católicos de la capital poblana, quienes se dieron cita en las principales vialidades del Centro Histórico, para poder presenciar el acto religioso. Los siete templos que participaron también se prepararon para poder llevar la tradicional procesión, pues esta consiste en llevar cargando las diferentes imágenes de santos, de los templos hasta la Catedral y de regreso a sus iglesias. Por lo que se requiere una preparación anticipada para entrenar a los porteadores o personas que estarán a cargo de llevar la imagen designada. Una de las primeras imágenes en llegar a la Catedral fue la del Santo Niño Doctor de Tepeaca; las porteadoras se coordinaron para poder subir los escalones que dan acceso a la Catedral por la calle 16 de Septiembre. Detrás de ellas venían las demás procesiones como la de la Virgen de los Dolores, el Jesús de la Divina Misericordia, el Nazareno de las tres caídas y Nuestra Señora de la Soledad. Las últimas en entrar a la plancha de la Catedral fueron las imágenes del Jesús Nazareno y el Señor de las Maravillas, de la mano de los porteadores de la Cofradía de Nazarenos de la parroquia del Señor San José. Cuando todas las imágenes estuvieron juntas, Monseñor Víctor Sánchez Espinosa, arzobispo de Puebla, envió un mensaje a los fieles. Agradeciendo el retorno a las actividades presenciales de la congregación y señalando que se deben de mantener las medidas sanitarias para evitar contagios del coronavirus, y poder continuar con las actividades presenciales de la iglesia católica. Los fieles agradecen el regreso de la procesión A la procesión acudieron miles de personas; las calles del primer cuadro de la ciudad estaban abarrotadas de los asistentes a la procesión, quienes se regocijaron por tener nuevamente la oportunidad de caminar detrás de las veneradas imágenes. Teresa Conde, miembro de la congregación del templo de la Virgen de los Dolores en el Carmen, con lágrimas en los ojos agradeció el regreso de la procesión, y señaló que era la oportunidad de agradecerle al señor para continuar orando y venerarlo. “Es la oportunidad de darle gracias a Dios por todas las oportunidades de poder seguir adorándolo, orando y sobre todo pedirle por todas nuestras necesidades”, comentó. Martha Micaela Hernández es parte de una familia de fieles del Señor de las Maravillas, y comentó que su madre quien falleció el año pasado, acudía todos los días para regar las flores del templo. Por lo que el regreso de la procesión fue muy emotivo para ella y su familia quienes continuarán con la tradición de cuidar al Señor de las Maravillas. “Se siente muy bonito porque hace dos años que no habíamos tenido esta oportunidad. Esta congregación que es de las Maravillas, y que es la principal. Mi mamá cuando vivía, también era parte de la congregación de las Maravillas; ella era la que regaba las flores, se llamaba Justina Guarneros y cada año no faltaba”, relató. La procesión llegó al Gallito en el Paseo Bravo, donde se realizó un rosario, para finalmente retomar su camino hacia la catedral y después, las diferentes imágenes regresaron a sus respectivos templos. |