¿Cómo tramito el RFC y para qué sirve?

El Registro Federal de Contribuyentes (RFC) es una clave que utiliza el gobierno para identificar a las personas que realizan alguna actividad económica.

A partir del pasado 1 de enero del año en curso, todas las personas mayores de 18 años están obligados a darse de alta en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) ante el SAT. Aquí te explicamos qué es y cómo realizar este trámite de manera presencial o virtual

El Registro Federal de Contribuyentes (RFC) es una clave que utiliza el gobierno para identificar a las personas que realizan alguna actividad económica. Esta clave se conforma por trece letras y números para las personas físicas, y de doce para personas morales (empresas). Además, los últimos tres dígitos de esta cifra se conocen como homoclave, misma que es otorgada por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) para particularizar cada RFC. 

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Anteriormente la página web del SAT que puedes consultar aquí, te permitía hacer el trámite en línea con el CURP (Clave Única de Registro de Población), ahora solo te permite hacerlo de manera presencial. "Estimado contribuyente para efectos de realizar su trámite de inscripción al RFC, lo invitamos a acudir a cualquiera de las oficinas del SAT, cumpliendo los requisitos previstos en las fichas de trámite contenidas en el Anexo 1-A de la Resolución Miscelánea Fiscal vigente", afirma el portal. 

Por lo anterior, debes agendar una cita a través del portal del SAT o acudir de manera directa a las oficinas y esperar tu turno. 

¿Qué documentos necesito? 

CURP

Identificación oficial vigente como el INE, para personas físicas, en caso de ser persona moral, deberás lleva el poder notarial para actos de administración o carta poder. 

Comprobante de domicilio (original) como: Estado de cuenta bancario, o bien, recibo de los servicios de luz, gas, televisión de paga, internet, teléfono o de agua a nombre del contribuyente o un tercero, el mismo no deberá tener una antigüedad mayor a 4 meses, no será necesario que se exhiban pagados. 

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Una de las ventajas de contar con el RFC es que te permite trabajar de manera formal. De esta manera es más viable acceder a créditos, emitir y recibir facturas, realizar transferencias electrónicas y mantenerte en regla frente a las autoridades fiscales. 

Por otra parte, ingresar formalmente al SAT conlleva obligaciones. Una de ellas es declarar gran parte de los ingresos (algunos son excentos de impuestos). Además, deberás pagar el impuesto correspondiente por los ingresos que lo ameriten, de ahí la importancia y necesidad de llevar un control de gastos e ingresos.

Es importante asesorarse con personas con experiencia en el manejo de las declaraciones o contadores profesionales. Con el tiempo uno mismo aprende a gestionar sus propias finanzas y a llevar una relación saludable con el SAT. 

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