Como cada año, el 28 de septiembre se celebra el Día de Acción Global para el acceso al Aborto Legal y Seguro convocada por colectivas feministas para exigir a sus gobiernos la legalización del aborto y la facilitación del acceso al mismo.

La fecha se determinó en 1990, durante el V Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, realizado en San Bernardo, Argentina, de acuerdo con organizaciones como Red Nacional de Mujeres (Colombia) y el Observatorio de Violencia (España).

En la ‘Declaración de San Bernardo’, como es conocida, las 200 participantes aprobaron que se declarara esta jornada de lucha por el aborto legal al considerar que miles de mujeres mueren diariamente en América Latina y el Caribe a causa de abortos inseguros.

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Otro de los argumentos fue la poca disposición de los servicios de salud frente al aborto, provocando que este se mantenga en la clandestinidad.

También, se puso de manifiesto la falta de acceso a una educación sexual, y el acceso inequitativo de una parte de la población a métodos anticonceptivos seguros.

Así, las mujeres apuntaron la importancia del aborto legal, señalando que la anticoncepción segura y eficaz son derechos humanos a los que todas las mujeres del mundo deben tener acceso, y que debe ser garantizado por los Estados en forma segura y gratuita mediante legislación.

Por ello, se comprometieron a crear comisiones por el Derecho al Aborto de las Mujeres de América Latina y el Caribe, y hacer campañas en cada país del continente para lograr ejercitar este derecho de forma legal, no clandestina, segura y digna.

En México, según datos del Instituto Guttmacher, más de un tercio de las mujeres que tienen abortos inducidos desarrollan complicaciones que requieren atención médica. La proporción más alta con complicaciones asociadas al aborto inducido corresponde a las mujeres rurales pobres.

Se estima que una de cada cuatro mujeres mexicanas que sufren complicaciones no reciben la debida atención, lo que las hace especialmente vulnerables a sufrir consecuencias debilitantes para su salud.

La mitad del total de embarazos no planeados en México, el 54 por ciento, se resuelve mediante un aborto inducido.