Violencia simbólica: la menos visibilizada

La violencia simbólica se relaciona con mensajes, creencias y normas religiosas. Una vez que se interiorizan “todo el mundo” las acepta.

La semana pasada el legislador morenista Carlos Evangelista presentó una iniciativa para que se reconozcan y visibilicen la violencia estética y la violencia simbólica

Conforme pasa el tiempo y avanzan las políticas públicas para proteger a las mujeres de las diferentes violencias con las que coexiste en su día a día, se han identificado cada vez más acciones que se normalizaron por la conducta machista que prevalece en el país. 

Actualmente sabemos que existen violencias invisibles, tan poco perceptibles que son fáciles de confundirse con acciones “normales”. 

Las mujeres han vivido en un mundo que les ha exigido en gran medida verse, actuar, decir y hasta opinar de cierta forma según el líder o patriarca de las familias. 

Una de estas violencias es la simbólica, la cual es reconocida como un tipo de violencia “amortiguada, insensible e invisible para sus propias víctimas, que se ejerce esencialmente a través de los caminos puramente simbólicos de la comunicación y del conocimiento, o más exactamente del desconocimiento, del reconocimiento o, en último término, del sentimiento”.

Impone y reproduce jerarquías como las que se establecen en la relación adulto(a)-niño(a), profesor(a)-alumna(o), médico(a)-paciente; discriminación por cuestión de edad, raza, constitución física, orientación sexual; desigualdad e inequidad basada en el sexo, donde el poder lo tienen los hombres sobre las mujeres.

 

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La violencia simbólica realza los estereotipos patriarcales

¿Aún no te queda claro?

La violencia simbólica se relaciona con mensajes, creencias y normas religiosas. Una vez que se interiorizan “todo el mundo” las acepta.

En los medios:

En revistas, programas de variedades, videojuegos y hasta en caricaturas las mujeres son exhibidas para atraer al espectador, es decir, sexualizadas. 

No solo hablamos de escotes pronunciados, vestidos cortos y maquillaje. En algunos casos, también se utiliza a la ama de casa con mandil para perpetuar los estereotipos de género.

En la calle:

Los carteles que promocionan desde refacciones, prendas deportivas hasta pizzas usan la imagen femenina para atraer al espectador.

En algunos casos, los carteles vienen acompañados de mensajes con doble sentido.

¿Has visto esos anuncios para promocionar aceite para autos? ¡Exacto!

 

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La violencia simbólica busca relegar a las mujeres

Antecedentes de las sociedades patriarcales 

Vivimos en un mundo en donde se coloca al hombre como centro del mundo. Su superioridad sobre las mujeres se puede apreciar en diversos ámbitos de la vida, como en la literatura, la educación, la política y hasta en el propio lenguaje.

Desde la historia de la humanidad, la sociedad se ha encargado de hacer una marcada división entre hombre y mujer, en donde siempre el género masculino es el que recibe más beneficios: hasta hoy las mujeres suelen obtener menos oportunidades económicas, menos poder político y menos libertad de movimiento. Se desconoce con exactitud a partir de qué época inició esta división ni cuáles fueron los motivos que la propiciaron, pero algunos autores aseguran que fue a partir de la revolución agrícola cuando se hace más evidente lo que consideran una jerarquía imaginada. Un ejemplo de ello es que a las mujeres se les confina a las labores del hogar y de crianza, cuando a los hombres se les otorga el rol de proveedores y protectores; son los que hacen el trabajo “pesado” para la manutención de la familia. Asimismo, en la academia a finales del siglo XIX, las mujeres solo podían cursar carreras como enfermería o docencia ni pensar si quiera que fueran abogadas, ingenieras o físicas.

Para el especialista en historia Yuval Noah Harari (2015) en todas partes la gente se ha dividido en hombres y mujeres. Y en casi todas partes, los varones han obtenido la mejor tajada, al menos desde la revolución agrícola. Este autor establece en su libro De animales a dioses, que la división entre hombres y mujeres es un producto de la imaginación, debido a que “las sociedades asocian una serie de atributos a la masculinidad y a la feminidad que, en su mayor parte, carecen de una base biológica firme”. A la mujer suelen señalarla como el sexo débil, que necesita protección y que no puede realizar trabajos pesados. Al contrario, a los hombres los califican de fuertes y poderosos. De ahí radica que en las empresas sean los varones quienes ocupan los altos puestos directivos y reciban sueldos más elevados.

Ejemplo de violencia simbólica

Legislador poblano espera hacerla visible ante la ley 

El diputado Local Carlos Evangelista, del Grupo Legislativo de Morena, presentó una propuesta de iniciativa de decreto por la que se reforma la fracción VI y VII del artículo 10, y se adiciona la fracción VIII al mismo artículo, de la ley para el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia del estado de Puebla.

El objetivo principal es reconocer la violencia simbólica y la violencia estética en la Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y contemplar la prohibición de campañas gubernamentales o de organismos de gobierno que violenten de forma simbólica o estética los roles femeninos. 

Y tú ¿conoces cómo es la violencia simbólica?

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