Después de siete años de separación forzada y un proceso judicial que aún no concluye, Daniela y su hija Nelli, ambas sobrevivientes de violencia vicaria, lograron reencontrarse este 15 de agosto en Puebla. El hecho fue acompañado por la colectiva Madres Viviendo Violencia Vicaria, que destacó la importancia de este reencuentro no solo como un acto de amor y resistencia, sino como un recordatorio de las múltiples barreras que enfrentan las mujeres para acceder a la justicia. La organización subrayó que en el estado, la violencia vicaria continúa invisibilizada por operadores judiciales y normalizada en prácticas que favorecen a los agresores. Además, señalaron que la falta de medidas cautelares, los retrasos en procesos judiciales y las estrategias dilatorias por parte de los agresores siguen siendo obstáculos para garantizar el derecho de niñas, niños y adolescentes a vivir con sus madres en entornos libres de violencia.
El reencuentro de Daniela y Nelli, además de simbolizar la persistencia de la lucha colectiva y la sororidad, también evidencia que la violencia vicaria sigue siendo una realidad urgente que demanda respuestas inmediatas. Te puede interesar: Usuarios y usuarias reclaman a Agua de Puebla 12 años de pagos indebidos sin saneamiento Con etiquetas como #NoMásViolenciaVicaria y #JusticiaParaDanielaYSuHija, las madres que integran la colectiva insistieron en que la justicia no debe seguir postergándose, y recordaron que cada caso representa la vida y la dignidad de familias completas.
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