El juego del Calamar: La obsesión por la distopía de los juegos de supervivencia

Dada la similitud con historias contemporáneas sobre juegos de supervivencia, asumimos que El juego del Calamar es un Battle Royale.

El juego del calamar ha causado furor y polémica entre los usuarios de Netlix desde su lanzamiento el pasado 17 de septiembre. La serie surcoreana dirigida por Dong-hyuk Hwang se encuentra entre los más visto por los mexicanos. 

La impactante producción gira en torno a un grupo de personas con problemas económicos, quienes aceptan una invitación para competir en unos juegos que resultan ser desafíos mortales a cambio de un tentador premio.


El título hace referencia al juego favorito de la infancia del director, el cual es sumamente popular entre los niños de Corea del Sur. "Pensé que el juego era una metáfora perfecta de nuestra sociedad altamente competitiva", señaló.

Dada la similitud con historias como las japonesas As the Gods Will y Alice in Borderland, a la americana Los Juegos del hambre y varias otras obras contemporáneas sobre juegos de supervivencia, asumimos que El juego del Calamar es un Battle Royale.

¿Y qué es un Battle Royale? 

En la lucha profesional, un Battle Royal​e es un tipo de combate entre múltiples competidores en el que los luchadores se eliminan hasta que queda uno y se declara ganador. La idea en la literatura, cine y videojuegos no es muy distinta. 

Para ubicarnos mejor en el desarrollo del género hay que retroceder hasta 1999, fecha de publicación de la ópera prima del escritor japonés Koushun Takami. Con el título homónimo de Battle Royale, Takami llevó a las librerías una historia distópica protagonizada por adolescentes obligados a enfrentarse a muerte en la isla de Okishima. Una controvertida historia que describía el retorcido programa militar de un imaginario estado asiático fascista.

La novela se convirtió en un éxito de ventas, en parte propiciado por la controversia de la historia, y sus 666 páginas alcanzaron el estatus de best seller. Un éxito nipón con sucesivas adaptaciones que al principio no trascendió demasiado en Occidente. Su éxito convirtió la novela y el manga posterior en obra de culto para los verdaderos millennials, un término controvertido que hace referencia a aquellos nacidos entre principios de los 80 y principios de los 90.

Además hay que tomar en cuenta que la plataforma donde el concepto del Battle Royale se ha disparado a una dimensión gigantesca, superior en alcance al cine y las series, realmente ha sido  en los videojuegos.   


¿Por qué los Battle Royale son tan atrayentes? 

La idea de un que un juego se convierta en una situación de vida o muerte puede ser mucho más real de lo que quisiéramos aceptar. 

Las sociedad del siglo XXI es ultra competitiva. Ciertamente existen pruebas de que la productividad y avances tecnológicos actualmente rebasan por muchísimo los del pasado. Sin embargo, es innegable que el incremento en el contraste de la desigualdad económica y de oportunidades, hoy en día se ha vuelto presente en prácticamente todas partes. Sensación acrecentada en especial desde el inicio de la pandemia. Es una difícil situación que se enfrenta en diferentes circunstancias.

Algunos podríamos decir que vivimos en una distopía: una serie de condiciones que vuelven a una sociedad caótica y con niveles altísimos de crimen, violencia y pobreza. En este punto quizá ya podemos encontrar las similitudes con el Battle Royale.  

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En el asiático Corea, país de donde es originario Los Juegos del Calamar, historias como la ganadora del Oscar, Parásitos (2019), reflejan qué tan vigente y cómo se presenta la desigualdad en una sociedad como la coreana: tan adelantada económica y tecnológicamente, pero con tantas dificultades tan marcadas y crudas. 

El Battle Royale es, de hecho, inmensamente más popular en Asia que en el resto del mundo. Existen muchos más títulos y contenido con ese origen que en América.  

No es raro pues, que el público actual se sienta tan identificado con la idea de situarse en una situación en la que el día a día se convierta en un riesgo mortal. Prueba de ello es el enorme éxito de producciones como Los Juegos de Calamar. 


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