¿Qué clase de aíre respiramos en Puebla? Con los nuevos parámetros de OMS, la cosa pinta para mal
La OMS ajustó sus parámetros para medir la calidad del aire, en el que expertos coinciden que en la entidad poblana es de mala a regular.
A finales de
septiembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reajustó sus parámetros
para medir los niveles de la calidad del aire en el mundo. La normativa
mexicana ya resultaba laxa ante los indicadores internacionales, y con esta
modificación se puso más en evidencia el escaso esfuerzo e interés por regular
y reducir la contaminación atmosférica en el país, principalmente en la zona
del centro, en donde se encuentra Puebla. La medida
instaurada por el organismo internacional —que busca reducir el impacto de los
contaminantes atmosféricos en la salud de las personas— establece niveles más
estrictos en la cantidad de los principales elementos químicos que afectan la
calidad del aire. “Las
directrices de la OMS sobre la calidad del aire ofrecen una evaluación de los
efectos sanitarios derivados de la contaminación del aire, así como de los
niveles de contaminación perjudiciales para la salud”, explica el organismo. Suscríbete
a nuestro boletín informativo aquí: En Portada En ese
sentido, la OMS redujo los niveles recomendados de varios contaminantes en el
aire. Por ejemplo, el límite establecido para las partículas en suspensión
—generadas principalmente en la quema de combustibles fósiles— pasó de 25 a 15
microgramos por metro cúbico de aire en un día para las que tienen un diámetro
inferior a 2,5 micras (PM2.5) y de 50 a 45 microgramos por metro cúbico de aire
para las que tienen un diámetro de hasta 10 micras (PM10). También hubo cambios en los límites sugeridos en la concentración en el aire de dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono, ozono y dióxido de azufre.
¿Cómo se mide la calidad del aire?Para conocer
la calidad del aire de una ciudad o una región se requieren de estaciones de
monitoreo que midan la cantidad de contaminantes atmosféricos, como los antes
mencionados, que se concentran en una determinada zona. Idealmente
estos puntos se establecen en zonas estratégicas, las cuales son seleccionadas
a partir de diversos estudios que consideran, por ejemplo, las corrientes de
viento del lugar, explica la investigadora del Instituto de Investigaciones en
Medio Ambiente Xabier Gorostiaga SJ, María Eugenia Barragán Viniegra, en
entrevista para El Popular. Además, la
especialista señala que otros factores que se toman en cuenta son la
concentración de empresas, de industrias, de la actividad económica y del
tránsito de vehículos motorizados. Las estaciones de monitoreo determinan la calidad del aire a partir de los parámetros establecidos en la normativa de cada país. En el caso de México se solía monitorear este aspecto con el IMECA (Índice Metropolitano de la Calidad del Aire), pero a partir de febrero del 2020 esta medición se realiza con el Índice de Aire y Salud. El Índice de
Aire y Salud cuenta con 5 niveles que indican cuál es la calidad del aire
(buena, aceptable, mala, muy mala y extremadamente mala) y el riesgo para la
población (bajo, moderado, alto, muy alto, extremadamente alto). De acuerdo
con el nivel el parámetro recomienda algunas acciones. Por ejemplo, cuando la
calidad es mala sugiere reducir las actividades físicas vigorosas al aire
libre; asimismo, cuando la calidad es extremadamente mala la indicación es que
se permanezca en lugares interiores. El
investigador de la Facultad de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable de
la UPAEP, Francisco Javier Sánchez Ruiz, señala a El Popular que basta con que
uno de los contaminantes supere los límites establecidos para que la calidad del
aire descienda en la escala, habitualmente a un nivel regular o malo. Superar los
límites establecidos no sólo deteriora el medio ambiente, además, aumenta el
riesgo de padecer accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y
neumopatías crónicas y agudas, entre ellas el asma, de acuerdo con la OMS.
La calidad del aire en PueblaEn Puebla la
calidad del aire es inestable; en una época el aire puede ser de buena calidad,
sin representar el menor daño para los habitantes; y en otra, derivado incluso
de la ubicación geográfica, puede rebasar fácilmente los parámetros que miden
la contaminación atmosférica. Según el
Índice Aire y Salud, actualmente la zona metropolitana de Puebla tiene una
calidad del aire en su mayoría buena; sólo algunos indicadores marcan una
calidad aceptable o moderada. Sin embargo,
en abril de este año en dicha zona se tuvo que declarar la fase 1 de una
contingencia ambiental, la cual sugería a la ciudadanía evitar la exposición y
las actividades al aire libre. Esto por alcanzar una calidad de aire muy mala
debido a los altos índices de partículas en suspensión con un diámetro de hasta
10 micras (PM10). Los niveles
de PM10 en la zona metropolitana poblana llegaron a los 183 microgramos por
metro cúbico de aire (µg/m3), casi cuatro veces de lo permitido
por el Índice Aire y Salud (50) y por la OMS (45). Recibe un
Shot de noticias interesantes en tu correo: Shot: AM La
secretaria de Medio Ambiente del estado, Beatriz Manrique, explicó en
conferencia de prensa que las causas principales del incremento de estas
partículas formadas por polvo y ceniza fueron los incendios forestales
alrededor del valle de Puebla, principalmente el ocurrido en La Malinche, y las
emisiones del volcán Popocatépetl. No obstante,
las PM10 no son el único elemento contaminante con el que Puebla tiene un
problema. En 2020 el World Air Quality Report, elaborado por la empresa de
tecnología de la calidad del aire IQAir, posicionó a la capital poblana como la
sexta ciudad latinoamericana con mayor contaminación en el aire con partículas
en suspensión con un diámetro inferior a 2,5 micras (PM 2.5). El reporte
indicó que en Puebla durante el año pasado se promediaron al día 24.6
microgramos de partículas PM 2.5 por centímetro cúbico, mientras que la OMS
recomienda no superar los 15 microgramos. En Puebla
generalmente la calidad del aire es de mala a regular, coinciden ambos
especialistas consultados. No obstante, depende de la ubicación geográfica y de
la época del año. En los lugares cercanos al volcán Popocatépetl, debido a sus exhalaciones, y en las zonas industrializadas es en donde se presentan los peores niveles de calidad del aire del estado, menciona Barragán Viniegra. Por otra
parte, expone Sánchez Ruiz, la época del año también influye por sus
características climáticas. Así, en abril y mayo suele haber una calidad del
aire de mala a muy mala, a raíz de las sequías, una de las principales causas
de los incendios forestales. Por otro lado, a partir de la temporada de
lluvias, el aire en Puebla se encuentra en niveles de calidad buenos o
regulares, en agosto, septiembre y meses posteriores. Sobre esto
último, María Eugenia Barragán apunta que el grado de contaminación atmosférica
en el estado no puede depender de las lluvias y la naturaleza, y que se tienen
que atender de manera acertada y eficaz las deficiencias que presenta la red
estatal de monitoreo y la regulación de otros aspectos como la verificación de
los vehículos motorizados. En la
entidad poblana hay cinco estaciones de monitoreo —Agua Santa, BINE, Ninfas,
UTP y Velódromo—, pero no todas funcionan en su totalidad. La de Agua Santa
está fuera de operación y el resto, muy a menudo, se encuentra en mantenimiento
o no arrojan datos suficientes. Además,
refiere la especialista, todas las estaciones se concentran en la capital
poblana y en la zona metropolitana, lo que evita que se puedan tener datos de
municipios industrializados del interior del estado como Tehuacán, para poder
cuidar los niveles de calidad del aire. Al respecto,
Javier Sánchez Ruiz menciona que algunas razones por las que no se han
implementado estas estaciones es por el elevado costo que representan y por la
falta de infraestructura, pues con la que se cuenta no pueden ofrecer datos
completos y almacenar datos históricos. El investigador apunta que otros de los factores que han provocado que la calidad del aire en la zona metropolitana de Puebla haya pasado de un nivel bueno a uno regular/malo en los últimos años son el incremento del parque vehicular, la mayor actividad volcánica y hasta el poco mantenimiento de las carreteras, pues debido a su desgaste al encontrarse con las llantas de los vehículos hay un desprendimiento de sustancias contaminantes y un uso adicional de gasolina. Ambos
especialistas coinciden en que en el estado hacen falta medidas a largo plazo y
que sean formuladas con un total conocimiento del problema, pues hasta ahora no
se ha notado una intención real de implementarlas. Entre las
posibles soluciones enlistan el mantenimiento de las vías terrestres
(carreteras), el regreso de la verificación vehicular —pues a raíz de la
pandemia por Covid-19 se suspendió—, mayores estudios al respecto, mayor
inversión y, sobre todo, más estaciones de monitoreo funcionales en el estado.
En ese
sentido, Sánchez Ruiz agrega que en los temas ambientales la calidad del aire
ha quedado relegada, pues la atención se ha concentrado en la calidad del agua
o en los recursos forestales, por lo que alerta que es necesario que este tema
sea incluido en la formación políticas públicas medioambientales. |