*Por La Rascona

¡Saludos, vecinos y vecinas! Pues qué manera de cerrar la semana. Hay que reconocer cuando el Congreso hace su tarea y se pone a trabajar, o más bien cuando las y los legisladores se acuerdan que están trabajando y no nomás cobrando por estar sentados. Fíjense que este jueves las y los diputados se aventaron la doble medalla de aprobar la llamada Ley Monzón, que revoca la patria potestad de los padres feminicidas, y la Ley Malena, que castiga la violencia ácida como tentativa de feminicidio. Un aplauso. Peeero, el que se merece un “buuu” del tamaño de estadio Cuauhtémoc es el diputado Néstor Camarillo Medina, quien en su calidad de presidente de la mesa, tuvo la brillante y poco cortés idea de callar a María Elena Ríos, la saxofonista y activista oaxaqueña que fue víctima de un ataque con ácido. Así es, de plano cuando María Elena estaba dando un reconocimiento a la labor legislativa y señalando que aún queda mucho por hacer, el priista le pidió silencio porque el lugar donde se representa al pueblo no puede hablar el pueblo. ¡Vaya palabras! María Elena, con mucha clase, dedicó duras palabras al comportamiento del diputado Camarillo Medina, recordando que su agresor era priista y que fue protegido por ese partido. También lo felicitó por demostrar que el machismo como el suyo pone en claro que falta mucho para que las agresiones contra mujeres se acaben. ¿Y saben qué? ¡Tiene razón!  A ver cuándo aprenden los políticos a que ellos representan a la sociedad, que ellos no nos hacen ningún favor por trabajar en lo que se supone son buenos.

¡Ni hablar!

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Hablando de priistas con mala reputación…. Cómo ven que en exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa anduvo pavoneándose en Puebla, donde se le dio trato preferencial y demasiados reflectores, como si de su líder político se tratara. El caso es que la visita de Murat fue un autogol, pues fue justo en los años cuando fue gobernador de Oaxaca que se dio toda la red de protección contra el agresor de la saxofonista María Elena. Como dirían en la tlapalería de don Chuy: “Ah pero qué amiguitos los suyos”. A veces un poco de tacto no caería nada mal a nuestra autoridades, ¿no creen?

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Para cerrar con broche de oro, ¿qué tal eso de que los vuelos del gobernador en helicópteros vuelven a Puebla? El fallecido gobernador Barbosa los condenó, aunque él no recorrió el estado, pues su mandato lo hizo desde Casa Aguayo. Ahora, el actual mandatario, Sergio Salomón Céspedes, sale al quite y dice que retomará los llamados “puentes aéreos” para recorrer la entidad y recuperar el tiempo perdido (unos cuatro años, ni más ni menos).

¿La frase que llamó la atención? “¡Que Dios nos acompañe!” Muy elocuente, muy oportuna. Desde esta vecindad decimos: que haya suerte, gobernador. Que haya trabajo y compromiso.

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Vecinas, vecinos, nos leemos el lunes. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]