La Interrupción Legal del Embarazo (ILE) ha sido un tema de polémica y una división social. Y es que, hablar del aborto, genera disgusto, desagrado, molestias o vergüenza al ser un tema, “que no debe ser mencionado,” según la sociedad conservadora del país y de Puebla. 

 

Sin embargo los grupos feministas del país y la entidad poco a poco han ido erradicando dicho pensamiento patriarcal, que ha provocado la criminalización y la muerte de cientos de mujeres mexicanas. 

De la ruda al misoprostol

 

El aborto no es una actividad nueva de la época. Esta actividad se realiza en México desde la época prehispánica, y era utilizado generalmente por las mujeres mayores; ancianas llenas de sabiduría ancestral que procuraban la salud y respetaban los decesos de quienes las buscaban por ayuda. 

 

Dentro de las clases populares, poseedoras de los conocimientos tradicionales, se encuentran hasta nuestros días rasgos similares permitiendo establecer la continuidad del fenómeno.

 

Realizaban infusiones con hierbas dañadoras como la ruda, el perejil, el tomillo o la lavanda para adelantar el periodo en casos de retrasos. Hay registros de que con la llegada de los españoles había un altísimo número de violaciones a las mujeres indígenas, estas acudían con “las mujeres sabias”, para evitar los embarazos. 

 

Esto no era mal visto por los pueblos indígenas, pero si por los frailes recién llegados a la Nueva España, que lo comenzaron a llamar “pecado”. 

Sin embargo, hay historias y registros de familias españolas adineradas que, se realizaron el procedimiento. Claro en secreto total, para no ser castigadas por Dios. 

 

Con el pasar del tiempo, el castigo divino, pasó a la mano del hombre, quien decidía que mujer si podía abortar y quien no, generalmente las amantes y las hijas desafortunadas eran las elegidas, el resto lo hacía en secreto y si las descubrían eran enviadas a prisión. 

 

Actualmente existen colectivos y asociaciones civiles que apoyan a las mujeres que necesitan realizarse dicho procedimiento, ya sea con la ingesta de pastillas como el misoprostol o la realización de un legrado. 

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La ILE a la congeladora

 

Actualmente la entidad poblana se encuentra en una cruzada para defender los derechos reproductivos de las mujeres y personas gestantes. Cinthya Ramírez, miembro del colectivo Redefine, asegura que el camino para la despenalización del aborto en la entidad poblana aún se ve opaco. Pues las y los  legisladores, no dan fechas y solo prolongan la decisión final. 

 

Comentó, que es mucho el trabajo que se tiene que realizar con la sociedad y los médicos del sector salud que no logran comprender o tener la empatía de respetar la decisión de quien solicite el servicio. 

 

Y es que, la despenalización del aborto ya no solo es la causa principal, también se trabaja la comunicación entre los miembros del sector salud, generar empatía, respeto y minimizar los objetores de conciencia en las instalaciones médicas. 

En la República Mexicana son ocho los estados que ya despenalizaron el aborto: la Ciudad de México en 2007; Oaxaca en 2019; Hidalgo, Veracruz, Coahuila y Colima en 2021; Sinaloa y Guerrero en 2022. 

 

Puebla espera ser el noveno en despenalizarlo, pero también en gestionar medidas médicas que protejan a las mujeres y personas gestantes que se realicen el procedimiento. Las iniciativas que permitirán una ILE adecuada serán dos, una con enfoque al código penal y otra en reformar el las leyes de salud de la entidad, pues una no podría ser sin la otra. 

 

En la mayoría de los estados mexicanos que despenalizaron el aborto, el procedimiento ya era lícito en casos de violación sexual, “malformaciones fetales” por motivos de salud o para salvar la vida de la mujer embarazada. Sin embargo, a menudo las mujeres tienen dificultades para acceder al aborto legal en forma gratuita en los hospitales públicos, ya que los médicos no conocen la normativa o encuentran pretextos para postergar el procedimiento.

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La criminalización a la mujer por decidir 

 

En un periodo de nueve años, de 2007 a 2016, se han documentado más de 4 mil denuncias por el delito de aborto en todo el país, lo que equivale a una diaria. Esto a decir del informe del organismo, donde además se detalla que, que de estos, 228 terminaron en sentencia y 136 en condena de prisión.

 

En Puebla, están registrados 55 casos durante dicha temporalidad; estos solo son las denuncias reportadas  por las procuradurías o fiscalías. En juicios penales se encuentran 37 casos y con sentencia 13. En el documento no detalla cuántas mujeres y hombres son. 

Mientras que en prisión se encontraron cinco personas privadas de su libertad por realizar dicha práctica, de los cuales una es mujer y cuatro varones. 

 

Además, Puebla aparece como uno de los estados que castiga el aborto con cárcel de uno a cinco años, sin opción de pagar multas, realiza servicio a la comunidad o un pago para reparar el daño, lo mismo para el personal médico que decida practicar un aborto. 

Cambiando el chip 

 

Los colectivos se han movilizado para crear conciencia e información para la sociedad en general, pero sobretodo, para las mujeres y las infancias, las cuales también tiene derecho de conocer su cuerpo y las posibilidades que tiene para protegerlo y conocerlo. 

 

Flor Cipriano, es  co-directora de Red La Morada y también es integrante de la campaña Aborto Seguro, Legal y Gratuito en Puebla; la cual realiza diversas actividades para concientizar a la sociedad sobre el tema del aborto legal e intentar eliminar los prejuicios sobre el tema. 

 

Comentó que al aprobarse la ILE, lo que debería de pasar es que se logre que estos procedimientos se logren realizar de manera adecuada y sobretodo con dignidad para quienes lo soliciten. 

 

“Más que un ideal es el derecho humano que corresponde. Es el que una persona pueda maternal o no, por las circunstancias que le atraviese y que encuentre esa posibilidad en los centros de salud públicos, privados y de que se les brinde el servicio de manera digna”, indicó. 

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Por lo que en conjunto con otras colectivas, se organiza la marcha a favor de la despenalización del aborto, y hacer presión a los legisladores para que lleven al pleno las iniciativas que permitirán despenalizarlo y gestionar mejores  servicios de salud. 

 

Aún hay mucho trabajo por hacer, cambiar la mentalidad ancestral de la sociedad no es fácil, pero las colectivas, integradas principalmente por mujeres jóvenes con la capacidad de compartir saberes y buscar soluciones para otras mujeres y personas gestantes que requieran realizarse un aborto.