“Pueblo chico infierno grande”. Saúl Huerta, un hombre de doble moral
Xacxamayo, El Aguacate y La Cantera , fueron las principales zonas donde el aún diputado federal, “ofrecía apoyo” a jóvenes menores de edad
Las rancherías e inspectorías que pertenecen a la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacán, en Puebla, fueron el blanco perfecto por muchos años para que Saúl Huerta Corona aplicara su “modus operandi”. Xacxamayo, El Aguacate y La Cantera, rancherías en las cuales para llegar hay que cruzar el lago de Valsequillo a través de “La Panga”, fueron las principales zonas donde el aún diputado federal, “ofrecía apoyo” a jóvenes menores de edad, con la ilusión de que salieran adelante en su vida académica; aunque la realidad era otra; los quería para abusar sexualmente de ellos. Son jóvenes de muy escasos recursos, muy sencillos, además de que no cuentan con mucho internet en sus localidades. Pero en esa zonas, pequeñas en población y territorio, no se dice en muchas ocasiones lo que sucede ante el temor de que todos los pobladores se enteren; la vergüenza y el machismo se imponen. “Pueblo chico e infierno grande”, es lo que más víctimas han sabido sortear por muchos años, al grado de que a la fecha no quieren denunciar y no quieren saber, ni hablar de lo que vivieron con Saúl Huerta en su momento. “Muchos de los jóvenes (víctimas) se quedaron callados, ni siquiera a sus padres les mencionaron este hecho, que a ellos todavía los tiene muy sorprendidos”, comentó a El Popular Diario Imparcial de Puebla, Orfa Castro Vargas, quien por varios años fue colaboradora de los equipos de trabajo del diputado federal. Y es que al estar alejados de la capital poblana, en ocasiones, los jóvenes no tienen conocimiento de la gravedad de lo que fueron víctimas. La señora sostiene que ya existe una denuncia ante las instancias judiciales por intentar abusar también, de un menor de edad en los años 2015-2016. Comentó que los hechos causan sorpresa, pues el legislador tiene una esposa y tres hijas, y se manejaba como un hombre conservador, lo que reflejaría en una vida con doble moral. A pesar de todo ese escenario, Orfa Castro exhorta a las víctimas a que denuncien, porque “Saúl Huerta tiene que estar en la cárcel”. |